En los primeros días del mes de marzo, llegó a la plataforma de streaming de Disney+ la nueva cinta de Pixar, ‘Turning Red’, que sigue la línea de fomento a la diversidad de los personajes y las historias que con creatividad, relatan las dificultades que representa el cambio de la niñez a la adolescencia.
Sin embargo, no todos están de acuerdo en la “corrección política” de la historia, que derriba el tabú de la menstruación y de la exigencia de tener logros abundantes desde edad temprana para alcanzar el “éxito”, en detrimento del placer y el tiempo para hacer lo que a los jóvenes les gusta.
La cinta, que trata sobre la relación entre Mei – Mei y su madre, una mujer sobreprotectora, conservadora, exigente y con un nivel de tolerancia a los errores cercano a cero; relata los conflictos entre la mirada hacia el exterior y el rigor que exige seguir las expectativas de los padres algo que muchos psicólogos identifican como una de las principales causas de la frustración en los adultos.
“Ser tan bueno como ella/él” suele ser un conflicto interno para quienes tienen aspiraciones distintas a las de sus antecesores en cosas tan básicas como interesarse por las ciencias sociales en lugar de las exactas.
Según los expertos, algunas “heridas de la infancia” que se traducen en comportamientos nocivos en la vida adulta pueden ser el miedo al rechazo, que “puede originarse debido a experiencias o percepción de no aceptación por parte del padre o la madre” y se manifiesta en el sufrimiento que generan las críticas o en una “necesidad de reconocimiento y aprobación”.
En general, una crianza severa, fría o demasiado estricta, genera diferentes consecuencias en el comportamiento adulto que pueden ir desde una “falta de capacidad para negociar” hasta un “fanatismo por el perfeccionismo”. Esto es precisamente lo que retrata la cinta, presentando la posibilidad de desprenderse de estas expectativas para vivir las propias experiencias de forma más libre y sin culpas.
Precisamente, la culpa es otro de los temas que aborda la cinta, pues a cambio de revertir una “maldición”, la protagonista debe elegir entre sus amigas o la obediencia a su madre y abuela, quienes aprovechan sus sentimientos para hacerla volver.
En redes sociales son miles los que se han identificado con el papel de Mei – Mei, reconociendo que siempre se les exigió ser “perfectos” y a cambio de lograrlo tuvieron que hacer un sinfín de sacrificios que hoy generan nostalgia.