«¡El James Webb atrapó una tarántula espacial gigante!» Así describió la NASA el anuncio de la última e impresionante captura del telescopio espacial más potente y sofisticado que los humanos han construido hasta ahora.
Sin mucho más preámbulo, te invitamos a que aprecies a la Nebulosa de la Tarántula en una sensacional imagen con un nivel de detalle nunca antes visto.
¿Qué estás observando?
La NASA nos especifica que de color bronceado se observan las nubes gigantes de polvo y gas de la nebulosa, con reflejos de color óxido que rodea una zona central negra. En esta región se aprecia perfectamente una gran estrella amarilla con ocho puntos delgados, justo a la derecha se encuentran un montón de destellos de color azul pálido, que corresponden a jóvenes estrellas masivas en un cúmulo estelar brillante en forma oval, el cual se destaca por ser la región más activa de la nebulosa.
Es bastante perceptible cómo hay una mayor densidad estelar en el centro del cúmulo, mientras que existe mayor dispersión en la periferia. Esta es la primera vez que se revelan estas decenas de miles de estrellas jóvenes que antes se encontraban invisibles al estar envueltas en polvo cósmico.
¡Observa todos los detalles! En la imagen también puedes apreciar varias estrellas azules y amarillas de ocho puntas, así como decenas de galaxias distantes que están dispersas a modo de fondo en la imagen.
La Nebulosa de la Tarántula, también distinguida como 30 Doradus o NGC 2070, recibe este apodo por sus largos y polvorientos filamentos que parecen salir en espiral y que asemejan a una tarántula. Se encuentra a tan solo 161.000 años luz de distancia de la Tierra, en la Gran Nube de Magallanes, una galaxia enana unida gravitacionalmente a la nuestra, la Vía Láctea.
30 Doradus, es una gran guardería estelar, tal como se puede apreciar por los destellos azules en la imagen del James Webb. Según se describe, es la región más grande y brillante de formación estelar en el Grupo Local, que está representado por las galaxias más cercanas a la Vía Láctea.
Además, la Nebulosa de la Tarántula también se caracteriza por albergar una región de «explosión estelar», donde se forman estrellas masivas en una proximidad extremadamente cercana y a un ritmo mucho más alto que en el resto de la galaxia. Según se estima, hay más de 40 estrellas masivas, cada una con al menos 50 veces la masa del Sol. Esto lo posiciona como el hogar de las estrellas más calientes y masivas que se conocen.
Por si esto fuera poco, además de que la Nebulosa de la Tarántula presenta una formación estelar a una velocidad frenética, tiene una composición química diferente, estas características permiten que «se asemeje a las gigantescas regiones formadoras de estrellas observadas en el “mediodía cósmico” del universo, cuando el cosmos tenía solo unos pocos miles de millones de años de antigüedad y la formación estelar estaba en su punto máximo», según lo describe la NASA.
«Esto hace que la Tarántula sea el ejemplo más cercano (es decir, más fácil de ver en detalle) de lo que estaba sucediendo en el universo mientras llegaba a su brillante mediodía», detalla la NASA. «James Webb proporcionará a los astrónomos la oportunidad de comparar y contrastar las observaciones de la formación de estrellas en la nebulosa de la Tarántula realizadas por este telescopio con las observaciones profundas de galaxias lejanas de la era real del mediodía cósmico».
El objetivo es que el James Webb revele los misterios del proceso de formación estelar, así como otros muchos enigmas del universo.