El presidente de China, Xi Jinping, expresó este jueves su preocupación por los efectos negativos que la guerra arancelaria está teniendo sobre el comercio global, al advertir que las crecientes tensiones comerciales podrían llevar a una desaceleración económica internacional con consecuencias duraderas.
Durante un foro económico celebrado en Pekín, Xi señaló que el uso de aranceles de manera unilateral, especialmente por parte de Estados Unidos, ha distorsionado el mercado global y afectado severamente la estabilidad del comercio internacional. El mandatario subrayó que China está dispuesta a mantener un comercio abierto y justo, pero rechazó cualquier forma de presión económica que afecte la soberanía de su país.
Contexto: la guerra comercial entre China y EE.UU.
Desde 2018, China y Estados Unidos han estado envueltos en una guerra comercial marcada por la imposición recíproca de aranceles a miles de millones de dólares en productos. Esta política fue iniciada por el expresidente Donald Trump, quien justificó los aranceles como una estrategia para reducir el déficit comercial estadounidense y presionar a China a cambiar prácticas comerciales consideradas injustas por Washington.
Aunque se lograron acuerdos parciales en 2020, muchas de las medidas se mantuvieron y han sido reactivadas o endurecidas en los últimos meses. El gobierno de Trump, y ahora nuevamente durante su actual gestión, ha ordenado nuevos aumentos arancelarios a productos chinos, argumentando razones de seguridad nacional y competencia económica.
En respuesta, China también ha aplicado impuestos a productos estadounidenses y ha intensificado sus esfuerzos por diversificar sus relaciones comerciales, especialmente con países del sur global, América Latina y Europa.
Consecuencias globales
Economistas y organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Mundial del Comercio (OMC) han advertido que estas disputas están afectando negativamente a las cadenas de suministro globales, incrementando la inflación y generando incertidumbre en los mercados.
La postura de Xi Jinping busca posicionar a China como un actor comprometido con el libre comercio y el multilateralismo, frente a una política que, según el mandatario, no solo perjudica a China, sino a todos los países que dependen del comercio internacional para sostener sus economías.