Lo que comenzó como una reunión diplomática entre dos aliados terminó en un enfrentamiento inesperado que dejó a Ucrania en una posición más vulnerable que nunca.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelensky, se reunieron en la Casa Blanca con el objetivo de firmar un acuerdo sobre la explotación de minerales estratégicos en Ucrania. Sin embargo, la conversación tomó un giro tenso cuando Trump y su vicepresidente, JD Vance, reprocharon a Zelensky la falta de reconocimiento hacia el apoyo militar y financiero que Washington ha brindado a Kyiv desde la invasión rusa en 2022.
«O hace un trato o nos salimos. Y si nos salimos, luchará por su cuenta», advirtió Trump, dejando entrever que la continuidad del respaldo estadounidense depende de concesiones por parte de Ucrania.
Durante el intercambio, Trump argumentó que el ejército ucraniano enfrenta una severa escasez de soldados y que, sin la ayuda de Estados Unidos, la guerra habría terminado en pocas semanas con una derrota para Kyiv. Ante esto, Zelensky reconoció las dificultades de su país, sin emitir una respuesta directa a la advertencia de Trump.
Este inesperado choque se produce en un momento clave para Ucrania, en medio de crecientes presiones para negociar una salida al conflicto con Rusia y con un panorama incierto respecto al futuro del apoyo internacional. La confrontación en el Despacho Oval podría marcar un punto de inflexión en las relaciones entre ambos países y modificar el curso de la guerra.