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ACTUALIDAD || Un «pequeño» asteroide golpea la Tierra y pone a prueba un sistema de alerta temprana

El sistema de alerta temprana para detectar asteroides que representan una amenaza para la Tierra, operado por la NASA y sus colaboradores en todo el mundo, se puso a trabajar.

El viernes 11 de marzo detectó con éxito un pequeño asteroide de 2 metros de ancho solo unas horas antes de estrellarse contra la atmósfera sobre el mar de Noruega antes de desintegrarse, según un comunicado del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA publicado el martes. Eso es demasiado pequeño para representar un peligro para la Tierra, dijo la NASA.

A menudo, estos pequeños asteroides se cuelan a través de la red de vigilancia, y 2022 EB5 —como se llamó al asteroide— es solo el quinto de este tipo que se detecta y rastrea antes del impacto. (No temas, un asteroide más grande sería descubierto y rastreado mucho más lejos de la Tierra, años antes de cualquier posible impacto devastador).

«Los asteroides diminutos como 2022 EB5 son numerosos e impactan en la atmósfera con bastante frecuencia, aproximadamente cada 10 meses», dijo Paul Chodas, director del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS, por sus siglas en inglés) del JPL, que rastrea cometas y asteroides potencialmente peligrosos que podrían colisionar con nuestro planeta.

«Pero muy pocos de estos asteroides han sido realmente detectados en el espacio y observados extensamente antes del impacto, básicamente porque son muy débiles hasta las últimas horas, y un telescopio de exploración tiene que observar el lugar correcto del cielo en el momento adecuado para que uno pueda ser detectado».

El asteroide fue visto solo dos horas antes de que impactara por el astrónomo Krisztián Sarneczky en el Observatorio Piszkéstető en el norte de Hungría, quien lo marcó en la página de confirmación de objetos cercanos a la Tierra del Minor Planet Center, dijo la NASA.

El sistema de evaluación de riesgos de impacto «Scout» de la NASA, que busca automáticamente en la base de datos del Minor Planet Center posibles nuevos asteroides u otros objetos espaciales, tomó estas primeras medidas para calcular la trayectoria de 2022 EB5.

Tan pronto como el sistema determinó que 2022 EB5 iba a golpear la atmósfera de la Tierra, la NASA marcó el objeto en la página web de Scout para notificar a la comunidad de observación de objetos cercanos a la Tierra, que pudo proporcionar más observaciones.

«Scout tenía solo 14 observaciones durante 40 minutos de un observatorio para trabajar cuando identificó por primera vez el objeto como un impactador. Pudimos determinar las posibles ubicaciones de impacto, que inicialmente se extendieron desde el oeste de Groenlandia hasta la costa de Noruega», dijo Davide Farnocchia, ingeniero de navegación en JPL que desarrolló Scout. «A medida que más observatorios rastrearon el asteroide, nuestros cálculos de su trayectoria y ubicación del impacto se volvieron más precisos».

La NASA dijo que «este evento del mundo real» sugirió que los «modelos de predicción de impacto en CNEOS son altamente capaces de informar la respuesta al impacto potencial de un objeto más grande».

Los asteroides y otros objetos cercanos a la Tierra pasan por nuestro planeta varias veces a la semana. En septiembre, la NASA estrellará deliberadamente una nave espacial contra un asteroide para cambiar su trayectoria en el espacio, probando la tecnología desarrollada para desviar el impacto de un asteroide.

Conocida como la misión DART, o la prueba de redirección de doble asteroide, la nave espacial apunta a Dimorphos, una pequeña luna que orbita el asteroide cercano a la Tierra Didymos.

Los objetos cercanos a la Tierra son asteroides y cometas con órbitas que los ubican dentro de los 48 millones de kilómetros de la Tierra.

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CIENCIA || Tras casi 20 años, científicos descubren de dónde sale el gas metano, la “prueba de vida” en Marte

Hay un gran debate por saber de dónde provenía ese gas que se forma en procesos biológicos o geológicos.

Hace casi veinte años, la sonda Mars Express detectó concentraciones de gas metano en la atmósfera de Marte, pero desde entonces, las observaciones hechas desde la atmósfera y desde la superficie del planeta rojo no han parado de contradecirse.

Así, en los últimos años, el rover Curiosity de la NASA, que llegó a Marte en 2012, ha detectado este gas en repetidas ocasiones (en un nivel de fondo y en aumentos repentinos), mientras que el ExoMars Trace Gas Orbiter (TGO) de la Agencia Espacial Europea (ESA) no ha encontrado ni rastro de metano.

El debate sobre la existencia de metano en Marte es motivo de gran debate en la comunidad científica porque, al menos en la Tierra, este gas se forma en procesos biológicos o geológicos, que son una prueba de vida.

De dónde sale el metano​

En este contexto, simulaciones numéricas presentadas en dos estudios dirigidos por investigador del Centro de Astrobiología español CAB (CSIC-INTA) Daniel Viúdez-Moreiras, indican, por primera vez, que tanto los aumentos repentinos de metano como las medidas de ese gas de fondo registradas por Curiosity proceden de emisiones localizadas cercanas al rover, en la zona del cráter Gale.

Estos resultados, publicados en las revistas científicas «Progress in Earth and Planetary Science» y «Journal of Geophysical Research-Planets», encajan simultáneamente con las mediciones del Curiosity y con las del TGO del ExoMars.

Además, los resultados también son compatibles con las conclusiones de un estudio previo publicado en «Geophysical Research Letters» por el equipo de ciencia de Curiosity, que sugirió que el metano podría estar siendo emitido desde las primeras capas de regolito (capa de materiales no consolidados como fragmentos de roca y granos minerales, que descansa sobre roca sólida), o transportado rápidamente a la superficie desde reservorios situados a más profundidad a través de fracturas en el terreno.

Los resultados presentados en estos estudios no solo reconcilian las observaciones de Curiosity y de ExoMars TGO, sino que abren la posibilidad a que el rover pueda explorar la región donde hipotéticamente se estaría emitiendo el metano, e investigar así su posible origen.

El estudio de modelado también apunta a dos escenario improbables o problemáticos: que la atmósfera marciana tenga un mecanismo de destrucción de metano fuerte y desconocido (capaz de destruirlo con una rapidez desconocida hasta la fecha), o que las emisiones de metano sean extremadamente poco comunes en Marte y el Curiosity haya aterrizado fortuitamente junto a una de ellas.

Para averiguarlo, harán falta nuevos datos del róver y de los orbitadores para entender los procesos que están involucrados en el metano marciano.