La cumbre UE-CELAC no logró condenar el ataque de Rusia a Ucrania. Pero en materia económica, la UE, el Caribe y América Latina coincidieron en gran medida. Desde Bruselas, informa Bernd Riegert.
«Es una buena señal. Estoy muy contento», declaró el alto comisionado de Asuntos Exteriores de la Unión Europea,Josep Borrell, en la segunda jornada de la cumbre con los Estados de América Latina y el Caribe. Borrell elogió el hecho de que representantes de unos 50 de los posibles 60 Estados de Europa y América Latina se hubieran reunido en Bruselas para iniciar un relanzamiento de sus relaciones, un nuevo comienzo.
Ralph Gonsalves, primer ministro de la nación caribeña de San Vicente y las Granadinas, fue breve en su valoración de la Cumbre UE-América Latina. «Esperanza, confianza, amor» fueron los mensajes que salieron de la reunión con los líderes europeos, dijo Gonsalves, que actualmente es también presidente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, dijo que se sentía como si «viejos amigos» hubieran reavivado su relación. Anunció que, a partir de ahora, se reunirían en las grandes rondas cada dos años. La última reunión de este tipo antes de esta cumbre fue hace ocho años.
¿Hubo una condena conjunta del ataque ruso a Ucrania?
La declaración de la cumbre menciona a la guerra en Ucrania. El documento expresa «preocupación» porque se está causando un inmenso sufrimiento. No se menciona quién es el agresor, es decir, Rusia. A excepción de Nicaragua, leal a Moscú, todos los Estados de la CELAC y de la UE pudieron apoyar este texto tras arduas negociaciones. Cuba y Venezuela, también estrechos aliados de Rusia, renunciaron a su oposición después de que se suavizara en gran medida el párrafo sobre Ucrania.
El primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, criticó que no se pueden negar los hechos y reescribir la historia. Sin embargo, la declaración hace referencia a las declaraciones pertinentes de las Naciones Unidas en las que se condena el ataque de Rusia. También menciona la Carta de la ONU, que prohíbe las guerras de agresión. El presidente de la CELAC, Ralph Gonsalves, dijo que no querían que la cumbre de los dos continentes tratara exclusivamente sobre Ucrania. «El tono es el adecuado ahora», dijo Gonsalves.
¿Cómo aborda la UE la historia colonial?
Gonsalves también había pueseto sobre la mesa una disculpa por la explotación colonial, el genocidio de los pueblos indígenas y la trata de esclavos, así como la posibilidad de reparaciones. Aunque los líderes de la UE estaban dispuestos a expresar su pesar por las injusticias coloniales, no quisieron saber nada con respecto a las reparaciones. El jefe de gobierno de la antigua colonia británica de San Vicente y las Granadinas admitió que estas cuestiones, especialmente la explotación de esclavos, eran asuntos «muy complejos». Brasil, por ejemplo, siguió importando y explotando esclavos incluso después de independizarse de Portugal, hace 200 años.
¿En qué queda el acuerdo de libre comercio con Mercosur?
La revisión del acuerdo de libre comercio de la Unión Europea con los cuatro Estados del Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay), aún no ratificado, debería salir adelante a finales de año. Tanto el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, como el canciller alemán, Olaf Scholz, se mostraron optimistas. La UE les exige compromisos concretos sobre protección de la selva tropical y objetivos climáticos. El presidente brasileño rechazó las exigencias calificándolas de paternalismo. Sin embargo, en una reunión con representantes empresariales en Bruselas, Lula da Silva repitió su promesa de detener por completo la deforestación del Amazonas para 2030.
¿Cómo se desarrollarán las relaciones económicas?
Incluso sin un acuerdo de libre comercio, las empresas europeas, apoyadas por la Comisión de la UE, quieren invertir en Sudamérica: en proyectos energéticos, infraestructuras y extracción de materias primas necesarias, por ejemplo, para la construcción de baterías. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, habló de 45.000 millones de euros que se destinarán a ello en los próximos cuatro años.