La disputa comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE) vuelve a encenderse. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha lanzado una dura advertencia a Bruselas: si no se elimina el nuevo arancel planeado sobre el whisky estadounidense, su gobierno impondrá un arancel del 200% a todas las bebidas alcohólicas provenientes de la UE.
La declaración, hecha a través de su red social Truth Social, llega en respuesta a la intención de la Comisión Europea de imponer gravámenes adicionales a la importación de whisky y otras bebidas alcohólicas estadounidenses. Según Trump, estas medidas son «injustas» y buscan perjudicar a los productores de Estados Unidos, lo que ha llevado a su administración a evaluar una represalia comercial contundente.
Un golpe directo a la industria del vino y licores europeos
El arancel que propone Trump afectaría directamente a productos emblemáticos de la UE, incluyendo vinos franceses, champán, coñac y otros licores de países como España e Italia. La medida tendría un impacto severo en los exportadores europeos, que dependen en gran medida del mercado estadounidense. En 2024, la UE exportó más de 6.000 millones de dólares en vinos y licores a EE.UU., convirtiéndolo en uno de sus principales destinos comerciales.
Trump defendió su postura asegurando que esta sanción beneficiaría a la industria del vino y el champán en Estados Unidos, una afirmación que ha generado opiniones divididas entre los propios productores norteamericanos. Algunos empresarios del sector temen que una guerra de aranceles termine afectando sus exportaciones, mientras que otros ven en la medida una oportunidad para fortalecer la producción local.
Una guerra comercial con antecedentes
No es la primera vez que Estados Unidos y la UE entran en un conflicto comercial por bienes de alto valor. En 2019, la administración Trump impuso aranceles del 25% a productos como el vino, el queso y el aceite de oliva europeo en respuesta a las ayudas de la UE a la empresa aeronáutica Airbus. En 2021, ambas partes lograron una tregua, pero la reciente amenaza de Trump sugiere que la tensión está lejos de desaparecer.
El mandatario republicano también volvió a criticar a la Unión Europea, afirmando que el bloque fue creado «con el solo propósito de aprovecharse de Estados Unidos», una retórica que ha usado en múltiples ocasiones para justificar su política comercial proteccionista.
¿Qué pasará ahora?
Los productores europeos ya han manifestado su preocupación y piden a Bruselas evitar una escalada en la disputa. Algunos expertos advierten que si ambas partes mantienen su postura, podría desencadenarse una nueva guerra comercial transatlántica, afectando no solo a la industria del alcohol, sino a otros sectores clave como la automoción y la tecnología.
Por ahora, el futuro de esta disputa sigue incierto. Mientras Bruselas evalúa sus próximos movimientos, el gobierno de Trump parece decidido a jugar una carta de presión con consecuencias globales.