El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado marcha atrás a los aranceles que impuso hace apenas dos días a México y Canadá, generando un respiro para los mercados y las industrias que dependen del comercio con estos países.
La decisión exime de aranceles a muchos productos que cumplan con las reglas del T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá), evitando así los gravámenes del 25% que habían sido establecidos para frenar el flujo de migrantes y drogas hacia EE.UU.
Un giro inesperado en la política comercial
La revocación de los aranceles se produce después de que Trump concediera una prórroga de 30 días a los fabricantes de automóviles, quienes alertaron sobre el impacto negativo de la medida en la industria automotriz estadounidense. Sin embargo, el presidente advirtió que nuevos aranceles podrían imponerse en abril sobre productos mexicanos y canadienses.
La incertidumbre generada por estas decisiones ha afectado a los mercados financieros. El S&P 500 cayó un 1.8%, acumulando una pérdida del 3.6% en la semana, en lo que podría ser su peor desempeño desde la última crisis bancaria.
Reacciones de Canadá, México y China
Ante la imposición inicial de los aranceles, Canadá respondió con represalias comerciales sobre productos estadounidenses valorados en 20,500 millones de dólares, afectando principalmente al sector agrícola. México también advirtió sobre posibles medidas recíprocas si Trump no revertía la decisión.
A pesar de esta marcha atrás, los aranceles del 10% sobre productos chinos siguen vigentes, lo que ha intensificado la guerra comercial con Pekín, que ya ha tomado medidas en respuesta.
Desde la Casa Blanca, Trump defendió su estrategia asegurando que su decisión busca proteger a los fabricantes y agricultores estadounidenses. “Estados Unidos será muy fuerte con lo que está ocurriendo aquí”, declaró, insistiendo en que “las empresas extranjeras han estafado a EE.UU. durante años” y que su gobierno está tomando acción.
¿Qué sigue para el comercio en América del Norte?
Aunque la suspensión de los aranceles representa un alivio temporal para México y Canadá, la posibilidad de nuevas restricciones en abril mantiene la incertidumbre en los mercados y en las industrias que dependen del comercio entre estos países.