Con el cónclave ya en marcha tras el fallecimiento del papa Francisco el pasado 21 de abril a los 88 años, crecen las especulaciones sobre quién podría ser el próximo líder de la Iglesia Católica. Uno de los nombres que más suena es el del cardenal italiano Pietro Parolin, actual secretario de Estado del Vaticano y considerado por muchos como uno de los favoritos para ocupar el trono de San Pedro.
Un perfil con peso en el Vaticano
Parolin, de 70 años, es una figura clave dentro de la estructura vaticana. Su perfil destaca por combinar experiencia diplomática, conocimiento institucional y una postura moderada. Aunque se le percibe como menos progresista que el papa Francisco, también se le considera más flexible que el papa emérito Benedicto XVI.
Desde 2013 ocupa el segundo cargo más influyente de la Santa Sede y ha sido una figura presente en todos los momentos relevantes de la Iglesia en los últimos años, incluido el funeral del papa Francisco. Su formación en derecho canónico y su trabajo desde 1986 en el cuerpo diplomático vaticano lo consolidan como un conocedor profundo del engranaje interno del Vaticano y de la política internacional.
Un hombre discreto y pragmático
Parolin es visto como un diplomático reservado, alejado de los extremos ideológicos. Habla varios idiomas —italiano, inglés, español y francés— y ha representado a la Santa Sede en múltiples países, lo que le ha permitido establecer relaciones personales con numerosos cardenales de distintas partes del mundo. Este factor podría ser decisivo, considerando que muchos electores del cónclave no se conocen entre sí debido a las limitadas reuniones presenciales durante el pontificado de Francisco.
Hijo de una maestra y un gerente de ferretería, Pietro Parolin ingresó al seminario a los 14 años y fue ordenado sacerdote a los 25. Desde entonces, su carrera ha estado centrada en los asuntos diplomáticos de la Iglesia. Entre sus hitos se encuentra su participación en la modernización de las relaciones entre el Vaticano y el Estado italiano mediante la revisión del Concordato de Letrán en el año 2000.
¿El próximo papa será italiano?
De ser elegido, Parolin sería el primer papa italiano desde la breve gestión de Juan Pablo I en 1978. Su elección significaría, además, un regreso a una tradición centenaria interrumpida por los pontificados de Juan Pablo II (polaco), Benedicto XVI (alemán) y Francisco (argentino).
No obstante, su candidatura no está exenta de dudas. Algunos sectores liberales dentro de la Iglesia se preguntan si un perfil tecnocrático y menos pastoral como el suyo puede dar continuidad al legado cercano y reformista de Francisco.
Por ahora, Pietro Parolin encabeza las apuestas, pero como en todo cónclave, el resultado final sigue siendo impredecible.