Héctor El Güero Palma seguirá en prisión. Así lo han confirmado fuentes judiciales a EL PAÍS este miércoles. Hasta hace unas horas, todo apuntaba a que el capo de 63 años, fundador del Cartel de Sinaloa y uno de los narcotraficantes más sanguinarios en la historia de México, estaba a un paso de recuperar su libertad tras pasar 28 años en la cárcel, después de que un juez lo absolviera esta misma semana del delito de delincuencia organizada. La Fiscalía General de la República (FGR) ha cumplimentado una nueva orden de aprehensión por homicidio calificado para frenar de último momento su liberación, en medio de una intensa batalla judicial que se ha extendido por más de dos años.
La nueva orden de arresto se presentó en el penal de máxima seguridad de El Altiplano, en Almoloya de Juárez (Estado de México) donde Palma permanece recluido desde 2016. Un juez del Estado de Jalisco ordenó el martes la liberación del capo, al considerar que la FGR no contaba con suficientes elementos para culparlo del delito de delincuencia organizada. El capo ha estado bajo custodia judicial en México y Estados Unidos desde mediados de 1995, cuando se declaró culpable de narcotráfico. Fuentes judiciales aseguran que se está analizando la posibilidad de que El Güero sea trasladado a otra prisión en el Estado de Hidalgo, donde se giró la última orden de aprehensión y donde las autoridades acusan que ha seguido involucrado en actividades delictivas. Joaquín El Chapo Guzmán, su antiguo socio, se fugó de El Altiplano en julio de 2015, pero fue capturado en enero de 2016.
El proceso judicial contra el capo ha entrado en bucle en los últimos dos años. El Güero ha acariciado su libertad varias veces en los tribunales solo para ser recapturado por las autoridades ministeriales. Los abogados de Palma han promovido una serie de recursos legales para dejar sin efecto los cargos que se le imputan en México. En mayo de 2021, un tribunal lo absolvió de las acusaciones que enfrentaba por crimen organizado y decidió que debía enfrentar un nuevo juicio. En esa ocasión, el capo fue puesto en libertad durante unos minutos, solo para ser recapturado en las inmediaciones de El Altiplano en un operativo en el que participaron más de 200 elementos para establecer un perímetro de seguridad y evitar un enfrentamiento con fuerzas criminales. El presidente, Andrés Manuel López Obrador, criticó al Poder Judicial por las circunstancias en las que se dio el fallo. “No se puede emitir una orden para liberar a un recluso acusado de delincuencia organizada, un sábado en la madrugada”, cuestionó entonces el mandatario.
Tras casi un año de estira y afloja en los juzgados, un juez decidió en febrero de 2022 revertir la decisión de empezar un segundo juicio, bajo el argumento de que no se pudo encontrar a dos testigos que declararon en su contra en el primer proceso judicial. Los medios mexicanos dieron a conocer que los testigos eran un cuñado de El Chapo Guzmán y un empresario del Estado de Sinaloa. En respuesta, las autoridades mexicanas se movilizaron para reactivar causas judiciales que les permitieran evitar la liberación del capo, tanto por delitos del fuero federal como del fuero común. También se consultó a Estados Unidos para ver si había una orden de extradición vigente. En abril pasado, la defensa de Palma promovió un amparo y el juez le volvió a dar la razón y determinó que el proceso judicial estaba agotado.
El Güero, uno de los narcotraficantes más conocidos en la historia reciente de México, fue arrestado por el Ejército en junio de 1995. El capo estaba a bordo de una avioneta que se estrelló cuando iba en camino a una fiesta en el Estado de Nayarit, en el occidente de México. Tras el siniestro, fue el único tripulante que sobrevivió. En 2007 fue extraditado a Estados Unidos para purgar una condena de 16 años de cárcel por narcotráfico. El capo, que empezó como sicario y escaló posiciones en el Cartel de Sinaloa hasta llegar a la cúpula de la organización, estuvo solo nueve años bajo custodia estadounidense y fue puesto en libertad de forma prematura por buena conducta. En 2016, Palma fue deportado a México para ser juzgado por el homicidio de dos personas a mediados de los años noventa y delincuencia organizada, procesos que han sido desechados por el Poder Judicial.
Los abogados de El Güero confiaban en que este último fallo le permitiera a su cliente salir definitivamente de prisión, al asegurar que no existían investigaciones vigentes en su contra para justificar que esté tras las rejas y que su liberación se iba a concretar en cuestión de horas. La nueva imputación contra Palma, que aún debe ser anunciada formalmente por la Fiscalía, frenó en seco esa posibilidad y anticipa un nuevo capítulo en el pleito judicial en torno al antiguo socio de El Chapo Guzmán.
FUENTE: EL PAÍS