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Los protagonistas del ataque a Stonehenge: los dos activistas que dañaron el monumento y la heroína que intentó impedirlo

Los turistas que visitan Stonehenge, en Reino Unido, no pueden tocar las piedras ni meterse en el círculo que componen, pero sí que las ven desde cerca. En ello estaban al mediodía de este miércoles cuando de repente vieron algo impensable: dos personas llegaron corriendo hasta las enormes losas y rociaron pintura sobre el monumento megalítico.

Se trataba de una protesta ecologista. Dos activistas quisieron así exigir al Gobierno un compromiso forme para acordar a nivel internacional un «plan equitativo que ponga fin a la extracción y quema de petróleo, gas y carbón para 2030». Los ecologistas fueron detenidos al instante. Aseguraron que la pintura en spray que utilizaron desaparecería con la lluvia.

Stonehenge, en la campiña de Wiltshire, cerca de Salisbury, es un conjunto Patrimonio de la Humanidad. Los arqueólogos consideran que se construyó entre el 3100 a. C. y el 2000 a. C., aunque el foso y los montículos circulares se han datado en unos 5100 años atrás.

Activistas ecologistas

Los activistas que atentaron contra el monumento eran Niamh Lynch, de 21 años, a quien acompañaba —y esto rompe con el estereotipo de que siempre son inquietos e idealistas jóvenes quienes protestan por la salud del planeta— Rajan Naidu, un hombre de 73 años.

Naidu es miembro del grupo de religioso de los cuáqueros. De Birmingham, es un viejo conocido de la policía. Ya fue encarcelado otras veces por su participación en protestas contra el cambio climático, cuenta el Daily Mail. En una ocasión, fue condenado a 34 días de prisión por su participación en una manifestación en la terminal petrolera de Kingsbury.

Lynch, estudiante de la Universidad de Oxford, es representante de la juventud en el British Trust for Ornithology y funcionaria de la Nature Conservation Society de la universidad en la que estudia. También dirige el equipo de eventos de la Oxford Climate Society y es gran aficionada al críquet.

Sprays de pintura naranja

Naidu y Lynch vestían camisetas blancas con el lema Just Stop Oil (Basta de petróleo, nombre de su organización) cuando se lanzaron sobre los monolitos «armados» con sprays de pintura naranja en polvo. Mientras ella pinta sobre las piedras, él apenas tiene tiempo, según se ve en un vídeo publicado en redes sociales.

De entre el público aparecen dos personas que se lo impiden. Una de ellas le quita el bote de spray y la otra (se cree que trabaja en el lugar) intenta que Naidu no pueda recuperarlo y se quede quieto. Luego, con esa ayuda, un guía de Stonehenge le quita el spray a Lynch, que se sienta sobre el césped.

La pintura no ha sido eliminada por completo

Avisada de lo ocurrido, llegó la policía de Wiltshire. Sus agentes detuvieron a la pareja de activistas, que lejos de intentar huir esperaban sentados sobre las hierba. Cuando se los llevaban, se oyó a un hombre gritar: «Sucia escoria. Esto es un templo, no un truco publicitario».

«Sucia escoria. Esto es un templo, no un truco publicitario»

Mientras, el personal de Stonehenge limpió las piedras pintadas con una manguera, pero no pudo eliminarla por completo, asegura el Mail. Tras el incidente, se prohibió a los turistas caminar alrededor del monumento.

Duras críticas a Just Stop Oil

La organización Just Stop Oil dijo que su protesta fue para reclamar que el próximo Gobierno del país suscriba un plan internacional para eliminar los combustibles fósiles en 2030. En un comunicado, aseguró que la pintura desaparecerá con la lluvia.

Los expertos de English Heritage, organización de protección del patrimonio, están evaluando el «alcance de los daños» en las piedras. «Obviamente, esto es muy molesto y nuestros conservadores están investigando el alcance de los daños. Stonehenge sigue abierto al público», aseguraron.

El primer ministro Rishi Sunak ha condenado el ataque como un «vergonzoso acto de vandalismo contra uno de los monumentos más antiguos e importantes del Reino Unido y del mundo». Muy crítico también ha sido el líder laborista Keir Starmer. En un tuit, escribió: «El daño causado a Stonehenge es indignante. Just Stop Oil son patéticos. Los responsables deben enfrentarse a todo el peso de la ley».