El parlamento chino aprobó este martes la controvertida ley de seguridad con que Pekín se atribuye nuevos poderes en Hong Kong y que los críticos temen sea el fin del marco «un país, dos sistemas».
La norma, temida como una amenaza a las libertades de los hongkoneses, fue aprobada según medios locales, por el Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular (ANP, legislativo).
La ley tiene como objetivo criminalizar la secesión, subversión y colusión con fuerzas extranjeras, pero efectivamente también restringirá el derecho a las protestas y la libertad de expresión.
El corresponsal de la BBC en China, Stephen McDonell, dice que la nueva ley es «un temido instrumento de libre interpretación para reprimir disturbios políticos».
Aunque no ha sido publicada todavía, se espera que sea añadida a los estatutos de Hong Kong más tarde este martes, un día antes del 23 aniversario de la transferencia de soberanía del territorio por parte de Reino Unido a China, una fecha que suele ser conmemorada con protestas prodemocracia.
Veteranos activistas ya anunciaron que marcharán el miércoles, a pesar del riesgo de arresto bajo la nueva ley.
Ya desde el mes pasado Pekín había anunciado su intención de aprobar una ley de seguridad contra lo que considera intentos de secesión de movimientos subversivos y terroristas.
Es la respuesta de las autoridades chinas a las protestas a favor de la democracia en Hong Kong, en ocasiones violentas.
Sin embargo, cuando el mes pasado las autoridades chinas anunciaron su intención de aprobar la norma, los críticos expresaron su temor a que supusiera «el fin de Hong Kong».
Ya desde entonces Washington había expresado su firme oposición y comenzó a trabajar en el desmantelamiento del estatuto especial que Hong Kong disfruta bajo las leyes de Estados Unidos.
De hecho, el secretario de Comercio de EE.UU., Wilbur Ross, había anunciado el lunes que se daban por suspendido el tratamiento especial que tenia Hong Kong sobre China.
«El riesgo de que tecnología estadounidense sensible sea desviada al ejército o al Ministerio de Seguridad Estatal ha aumentado al tiempo que se atenta contra la autonomía del territorio. Esos son riesgos que EE.UU. rechaza asumir y que han resultado en la revocación del estatuto especial de Hong Kong», señala Ross en un comunicado.
A la condena de EE.UU. se han unido otros gobiernos, como Reino Unido, antigua potencia colonial en Hong Kong, que denunció que la norma viola la Declaración Conjunta Sino-británica, el acuerdo bajo el cual Londres traspasó a Pekín la soberanía de la ciudad el 1 de julio de 1997.
La Declaración Conjunta Sino-británica establece que Hong Kong debe disfrutar de un alto grado de autonomía durante 50 años bajo lo que se conoce como «un país, dos sistemas».