Para ser dos países con una historia, circunstancias y geografía tan parecidas, Canadá y Estados Unidos han terminado teniendo una identidad nacional bien distinta.
Los dos gigantes norteamericanos comparten un continente, 8.893 kilómetros de frontera terrestre -la más larga del mundo- y una historia llena de paralelos y similitudes.
Ambos empezaron como naciones fundadas por europeos en terrenos arrebatados a los indígenas pero eventualmente, gracias a la inmigración global, se convirtieron en el último siglo en sociedades enormemente multirraciales.
Y sin embargo, pese a las coincidencias históricas, los dos países han tomado caminos culturales y políticos que a los ojos del mundo los hacen aparecer como muy disímiles.
A los canadienses les gusta pensar que tienen mejor fama que su poderoso vecino.
Se consideran, y el mundo los ve frecuentemente como más tolerantes, amables, tranquilos y menos pendencieros que los estadounidenses, una imagen que se ha acentuado en los últimos años por cuenta del insuperable contraste en el estilo de sus dos líderes actuales: Justin Trudeau y Donald Trump.
Aunque algunos escépticos advierten que la permanente comparación que los canadienses hacen con sus vecinos del sur, casi siempre para proclamarse más virtuosos, también revela inseguridades y dudas sobre su propio carácter.
Calidad de vida
Lo cierto es que las cifras dan sustento a muchos de los argumentos de los que sostienen que Canadá es una versión más amable de Estados Unidos, sin tanta violencia, con menos individualismo a ultranza y mejor calidad de vida.
Estados Unidos, con 328 millones de habitantes es casi diez veces más poblado que Canadá y con una economía casi diez veces mayor.
Pero en su ingreso per cápita la diferencia se reduce, con US$46.197 en Canadá frente a US$65.280 en EEUU, de acuerdo a datos de 2019 del Banco Mundial.
Y la manera en que esa riqueza nacional se gasta varía sustancialmente entre los dos países.
Canadá invierte casi tres veces menos en gastos militares que Estados Unidos. Según datos de la CIA, el gasto en defensa en Estados Unidos llega a 3,4% del PIB frente a apenas 1,31% en Canadá.
En áreas como la salud, Estados Unidos gasta mucho más, pero obtiene peores resultados que Canadá.
Mientras Washington dedica 16,8% del PIB a su criticado sistema de salud privado, el sistema de bienestar apoyado por el Estado canadiense requiere solo el 10% del PIB para ofrecer salud gratuita a sus ciudadanos, quienes además tienen una expectativa de vida mejor que la de los estadounidenses.
La tasa de homicidios es casi tres veces mayor en EE.UU. que en Canadá, alcanzando 1,7 por 100.000 habitantes en este último país, frente a 5,4 en la nación estadounidense.
Y en medio de todo esto, el mundo crecientemente ve a Canadá como un bastión de tolerancia, frente a la imagen opuesta que Estados Unidos ha ofrecido en los últimos años.
Casi como un espejo de opuestos, las propuestas antiinmigrantes del gobierno de Trump han tenido como respuesta en Canadá una reafirmación de su interés en seguir acogiendo inmigrantes de todo el mundo.