El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este sábado a su nominada a cubrir la vacante que dejó en la Corte Suprema de Estados Unidos la muerte de Ruth Bader Ginsburg.
En un evento celebrado en el Rose Garden de la Casa Blanca, Trump presentó a la jueza Amy Coney Barrett, que, de ser confirmada por el Senado, se convertirá en el tercer integrante del la Corte elegido por el presidente, después de los nombramientos de Neil Gorsuch en 2017 y Brett Kavanaugh en 2018.
«Tengo el honor de nominar a una de las mentes legales más brillantes y talentosas de nuestra nación a la Corte Suprema. Es una mujer de logros incomparables, intelecto sobresaliente, admirables credenciales y una firme lealtad a la Constitución: la jueza Amy Coney Barrett».
Ante un grupo de invitados entre los que estaba la familia de Barrett, Trump elogió a su nominada como una «académica y jueza estelar».
Por su parte, al aceptar la nominación, Barrett dijo que sus resoluciones como magistrada de la Corte Suprema se basarán únicamente en la ley y no en creencias personales.
«Los jueces no son legisladores y tienen que dejar a un lado cualquier opinión política que tengan», declaró.
Tanto Trump como Barrett tuvieron palabras de admiración y recuerdo para la jueza Ruth Bader Ginsburg, que murió el pasado 18 de septiembre.
Tras la nominación por parte del presidente, Barrett tiene que ser confirmada por el Senado, en un proceso que promete ser peleado y controvertido.
La decisión de Trump de seguir adelante con la nominación ha provocado la indignación de los demócratas, que consideran que, a falta de solo unas semanas para las elecciones, una decisión tan importante debería tomarla el presidente que salga de la cita con las urnas.