La Secretaría de Salud federal confirmó este lunes la detección de seis casos de infección por gusano barrenador en humanos, una plaga que normalmente afecta al ganado, pero que ahora ha dado el salto a personas en Chiapas y Campeche.
De acuerdo con el informe oficial, los pacientes infectados son cuatro mujeres y dos hombres, localizados en los municipios de Mapastepec, Huixtla, Tapachula y Escuintla, en Chiapas, así como en Candelaria, Campeche.
Lo que más llama la atención —y también genera cierta preocupación— es que cuatro de las seis personas presentaron miasis en la cabeza, es decir, infestación de larvas que literalmente se alimentan del tejido humano. Una de las personas infectadas sufrió además daño músculo esquelético.
Hasta ahora, cuatro pacientes ya han sido dados de alta, tras responder favorablemente al tratamiento médico. Otro más se encuentra en tratamiento ambulatorio y su estado es estable, mientras que un hombre de 74 años permanece hospitalizado.
Las edades de los infectados van desde los 44 hasta los 86 años, lo que sugiere que adultos mayores también están en riesgo ante este tipo de infección parasitaria.
Pero no todo está completamente claro. A pesar del anuncio oficial, la Secretaría de Salud aún no ha reconocido públicamente el caso de un hombre de 40 años en Mapastepec, quien fue ingresado de emergencia en el Hospital Regional de Alta Especialidad ‘Ciudad Salud’ de Tapachula por una infestación grave con larvas de gusano barrenador. Su caso fue documentado por medios locales y plantea dudas sobre el alcance real del brote.
Aunque las autoridades han respondido con atención médica y seguimiento a los casos, la aparición de este parásito en humanos no deja de encender señales de alerta, especialmente en comunidades rurales donde el contacto con ganado es frecuente y los recursos para la prevención son limitados.
¿Estamos frente a una situación aislada o al inicio de una amenaza más seria para la salud pública? Aún no hay una respuesta definitiva, pero lo que sí está claro es que será necesario un monitoreo más riguroso y una estrategia de prevención clara para evitar que estos casos se multipliquen.