El presidente Donald Trump, en su regreso al poder, ha tomado medidas contundentes para endurecer la política migratoria de Estados Unidos. Una de sus primeras acciones ha sido el cierre de la aplicación CBP One, una herramienta implementada durante administraciones previas para facilitar y regular de manera más ordenada las solicitudes de asilo en los puertos de entrada estadounidenses.
¿Qué es CBP One?
CBP One fue creada con el objetivo de reducir la incertidumbre y los riesgos asociados con los procesos de solicitud de asilo. La aplicación permitía a los solicitantes programar citas para presentar sus casos de manera segura, evitando largas esperas en condiciones adversas cerca de los puntos fronterizos. Sin embargo, el cierre de esta herramienta significa un retroceso en estos avances tecnológicos, obligando a muchos migrantes a buscar alternativas menos seguras y más riesgosas.
«Quédate en México» y otras políticas regresivas
Además del cierre de CBP One, Trump ha ordenado la reinstauración del programa «Quédate en México,» que obliga a los solicitantes de asilo a esperar fuera de Estados Unidos mientras se resuelve su situación legal. Este programa, oficialmente conocido como Migrant Protection Protocols (MPP), ya había sido objeto de críticas en el pasado debido a los riesgos de violencia, inseguridad y falta de acceso a recursos legales adecuados que enfrentaban los migrantes en la frontera mexicana.
De manera adicional, la administración Trump está considerando una serie de políticas que podrían restringir aún más los procesos migratorios, como límites más estrictos a las visas de trabajo temporal, una mayor presencia militar en la frontera, y restricciones al acceso a programas humanitarios como el parole.
Impacto en México y otros países
Estas políticas no solo impactarán a quienes buscan llegar a Estados Unidos, sino también a los países vecinos, particularmente México, que históricamente ha cargado con gran parte de la responsabilidad al atender a las personas que quedan varadas en su territorio. Las ciudades fronterizas mexicanas, ya de por sí saturadas, podrían enfrentar mayores desafíos humanitarios con la llegada de más solicitantes de asilo forzados a permanecer en condiciones precarias.
Expertos en derechos humanos y organizaciones internacionales han expresado su preocupación por las posibles implicaciones de estas medidas, señalando que podrían llevar a un aumento en las violaciones de derechos fundamentales.
Una estrategia que marca el tono de la nueva administración
Estas acciones iniciales de Trump subrayan su intención de retomar una agenda migratoria rígida y de enviar un mensaje claro sobre las prioridades de su administración. Para muchos, estas decisiones representan un retroceso en la lucha por construir un sistema migratorio más justo y seguro.
El futuro de estas políticas está por definirse, pero sin duda, serán objeto de amplio debate tanto en Estados Unidos como en el ámbito internacional.