La pequeña localidad de Gütersloh, en el noroeste de Alemania, vive esta semana con la angustia de ser el foco de un nuevo brote de coronavirus en el país.
Miles de personas han tenido que ponerse en cuarentena después de que más de 650 trabajadores de una planta de procesamiento de carne dieran positivo por covid-19.
La fábrica ha sido clausurada durante durante dos semanas mientras las autoridades hacen pruebas a más de 1.000 trabajadores y a miles de personas con las que estos estuvieron en contacto.
Todos deberán permanecer en cuarentena hasta que reciban los resultados de los tests.
En respuesta al brote, las autoridades locales han suspendido hasta final de mes las clases en escuelas y centros de cuidado infantil.
Durante la pandemia de coronavirus, Alemania ha sido ampliamente elogiada por su gestión.
A pesar de tener la mayor población de la Unión Europea, el país ha registrado menos de 9.000 muertes hasta ahora.
El miércoles, el país anunció que mantendrá hasta finales de octubre la prohibición de la celebración de grandes eventos.