Después de un fin de semana de negociaciones intensas en Ginebra, que estuvieron a punto de romperse en varios momentos, China y Estados Unidos sorprendieron al mundo con un acuerdo que reduce significativamente los aranceles que ambas potencias se habían impuesto en las últimas semanas. Para muchos, el resultado fue mejor de lo esperado, especialmente para Pekín.
